viernes, 30 de octubre de 2015
martes, 27 de octubre de 2015
El cuento del blog
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| Koala bibliotecario escapado |
El hecho es que cuando cada uno de los alumnos intentó crear el susodicho blog, algo muy extraño pasó en sus ordenadores. Todos quedaron atónitos ante tal hecho, sin embargo, ninguno se atrevió a comentar con el resto lo sucedido. Siguieron trabajando intentando aparentar indiferencia.Quizás Rafael, el profesor, sí sabía qué estaba ocurriendo
El "Manifiesto del Bibliotecario" de Laura B. Cohen, a debate
Leyendo el Manifiesto
del Bibliotecario, me ha entrado una especie a angustia parecida a la vengo padeciendo hace ya algún tiempo. Es cierto que el acceso a la información ha cambiado y que lo virtual prima en la sociedad actual, sin embargo, no dejo de pensar que las bibliotecas son lo que son: la reunión de una colección de libros dispuesta y ordenada perfectamente para que sea accesible a los usuarios. Que las bibliotecas tienen que abrirse a nuevos servicios y encontrar su espacio en el mundo virtual es sin duda indispensable si no queremos morir, el problema es que el trabajo se duplica puesto que no podemos abandonar el inicial: el acceso físico a las bibliotecas, las bibliotecas en sí, su edificio, su orden, su fondo bibliográfico... Este problema se agrava con la tendencia actual de menos recursos, menos personal, menos todo. Por tanto, me encantaría poder llevar a cabo el Manifiesto del Bibliotecario, firmarlo e incluso haberlo redactado yo, pero en estos momentos me siento bastante pesimista. Creo que podemos luchar y trabajar por llevar las bibliotecas allá donde se encuentren los usuarios, pero también y con el mismo empeño hacer valer las bibliotecas de forma que sean los usuarios los que se acerquen a ellas. Si no es así, estamos trabajando para que físicamente desaparezcan.
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